Mi última relación acabó porque poco a poco el amor que sentía se fue extinguiendo. Cada día él dejaba un poquito más de ser mi pareja para convertirse en un buen amigo, casi en un hermano. El problema era que él seguía enamorado de mí y era plenamente consciente de que progresivamente me iba alejando de su lado, sabía que me iba a perder.
Luchó con todas sus fuerzas por mantenerme junto a él. Hacía mil cosas por hacerme sentir bien, me trataba como a una reina y a todas horas decía lo mucho que me amaba. Pero no conseguía más que acrecentar mi angustia. Sabía que tenía que terminar con esa relación pero no era capaz de hacerlo, y cada vez que iniciaba la conversación en la que pretendía dejarle, se inventaba mil excusas para que no terminara con aquello. Decía que todo se iba a arreglar, que íbamos a volver a ser los de antes, y yo me dejaba engañar porque en el fondo era lo que deseaba, recuperar la bonita historia que tuvimos. Pero no era más que una utopía. El amor ya se había ido y sabía que no iba a volver. Tenía que salir de ahí para poder ser feliz y que ambos pudiésemos rehacer nuestras vidas.
Me costó meses ser capaz de terminar del todo. Lo dejábamos y al cabo de unas semanas le volvía a dejar colarse en mi vida. Enseguida me arrepentía, porque estaba claro que eso era un error y me atormentaba por ser tan cobarde, por hacerme tanto daño a mí misma por no hacérselo a él, aún cuando de todos modos le estaba haciendo sufrir con tantos miramientos.
Al final todo terminó y pude respirar tranquila, ver que realmente eso era lo que necesitaba, lo mejor para los dos.
De aquella experiencia me llevo algo aprendido. Qué hay que ser valiente y tomar medidas en el momento oportuno, sin miedo a equivocarse. Tantos titubeos sólo llevan a una espiral en la que sufres y haces sufrir. Es inevitable que cause dolor el terminar con una relación en la que ha habido tanto amor, pero a veces ese dolor es el camino más corto hacia el sentirse bien de nuevo contigo mismo.
De aquí saco esa mujer que tanto me cuesta ser pero en la que poco a poco intento convertirme: una mujer valiente.
Cuando el amor se acaba, creo que no hay vuelta atrás...
ResponderEliminarY lo que no tiene que ser, no será por mucho que uno se empeñe...
Un beso
hay veces... que por mucho que te cueste tienes que dar ese paso y finalizar una relación y para ello tienes k ser muy valiente porque eres consciente de que esa relación no te lleva a ninguna parte.
ResponderEliminarTe sigo!!!
Wow! Acabo de leer esta entrada.... y no sabes lo identificada que me he sentido contigo!!!
ResponderEliminarA mí me pasó lo mismo con mi ex. Estuvimos juntos 5 años y pico. Pero, las cosas empezaron a torcerse a partir del tercero. Cada día que pasaba, yo estaba menos enamorada de él, más cansada, más aburrida; cada vez teníamos menos cosas en común...
La diferencia ente tu ex y el mío es que mi ex no me trataba como una reina y me decía constantemente que me amaba, etc etc... No me trataba mal, ni mucho menos, pero no parecía estar desesperado por que lo dejara. De hecho, creo que él estaba casi convencida de que nunca me iba a atrever a dejarlo, porque yo también he sido muy cobarde a la hora de tomar este tipo de decisiones.
Discutíamos mucho, porque yo no estaba a gusto, y lo dejábamos... pero a las pocas semanas e incluso días, vovíamos. Era un círculo vicioso.
Yo quería dejarlo, pero no me atrevía: no quería hacerle daño, y por otro lado, me daba miedo quedarme sola, o perder al que podía ser "el amor de mi vida".
Pero al final, después de darle muchas vueltas, y de muchas lágrimas, lo dejé.
De eso hace ya más de dos años... y al final, descubrí que él no era el amor de mi vida.
Ahora estoy viviendo una historia de amor preciosa, con un chico del que estoy locamente enamorada. Si no hubiera sido valiente aquel día, hoy no sería feliz. Seguramente, no me habría dado esta oportundiad.
Besos!