viernes, 24 de diciembre de 2010

Del frío y hombres que hablan en sueños.

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Esto no es lo mío… tanto frío, tanta lluvia… todos los años lo mismo. Y es que el invierno y yo no nos llevamos muy bien. Intento sobrellevarlo como puedo, pero cada vez que salgo a la calle no puedo evitar pasar un mal rato, así que para reducirlo todo lo que pueda tengo que tirar del abrigo más grueso que encuentro, bufanda, gorro y guantes. Y para dormir no digamos. No es que haga especialmente frío en mi casa, pero es que es meterme en la cama y los pies se me convierten en dos bloques de hielo y así no hay manera de dormir. Así que duermo con un edredón nórdico que compró mi hermano pero que me regaló porque decía que pasaba un calor de tres pares de narices. Pues yo no solo no paso calor con él, sino que además me acuesto con pijama de invierno y calcetines. Mi familia se ríe de mí por ser tan friolera, pero ¡qué queréis que le haga! Es llegar el invierno y las manos se me quedan heladas permanentemente, hasta que vuelve la primavera. Creo que no me funciona muy bien el termostato.

Pero cuando duermo acompañada intento hacerme la fuerte. Hay que estar sexy, así que me olvido del pijama y los calcetines y me pongo a dormir en tanga tan pancha. ¿Frío yo? Eso es un mito, hombre! Aunque también es cierto que nunca paso frío cuando comparto cama con un hombre. No sé si será por el tema del calor corporal que desprenden o porque me caliento automáticamente de tener a un buen maromo al lado. Cosas que pasan.

Esta noche, como no tengo quien me haga compañía tendré que ponerme los calcetines. Lo bueno es que ellos seguro que no te despiertan. Lo cual me recuerda que tuve un novio que hablaba en sueños. Las primeras noches lo pasé fatal porque pensaba que estaba despierto y, como no entendía nada de lo que decía, no paraba de preguntarle qué narices me estaba diciendo.

Una noche, que debía de estar más muerta que viva, me quedé dormida cuando él tenía ganas de marcha. Él se durmió también pero, en mitad de la noche, me despertó hablando en sueños. Lo curioso del asunto es que entre el balbuceo sin sentido que emitía, escuché una frase: “¡¡Ya veo que ésta noche nada!!” y alguna que otra palabra no muy bonita que deduzco iba dirigida a mí. Me dejó loca.

Al día siguiente él juraba y perjuraba no acordarse de nada pero se tiró media mañana riéndose de sus floridos comentarios nocturnos.

Nada, que en el fondo lo mejor es dormir sola…

lunes, 20 de diciembre de 2010

Vacaciones

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A lo tonto, ha pasado un mes desde mi última entrada. He estado tan liada que ni me he dado cuenta. Es lo que tiene tener que preparar los exámenes y hacer decenas de prácticas y trabajos.

No pensaba que el máster fuese a ser tan duro. En toda la carrera no me sentí tan agobiada en ningún momento como lo he estado en las últimas semanas. Pero, por fin, esta semana empiezo mis esperadas vacaciones y voy a tener un par de semanas para descansar y olvidarme de la paliza que me he pegado.

En unos días es navidad. Llega una época del año que esperaba con ganas para tener unos días libres, pero que no me emociona demasiado.

Cuando era pequeña me encantaban las navidades y las esperaba con toda la ilusión del mundo, como todos los niños; pero, con los años, la magia se va perdiendo. Ahora sólo las veo como una época en la que vayas donde vayas está todo abarrotado y la gente se vuelve loca por comprar y comprar como si no hubiese mañana.

Sé que a muchos les encanta esta época pero, lo siento, no soy capaz de compartirlo.

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lunes, 22 de noviembre de 2010

De novios infieles

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La otra noche salí a tomar algo con unos amigos y me encontré con el chico de este post.

Entramos a un bar de copas y le vi en la barra acompañado por dos personas que no conocía (a la novia no la vi por ninguna parte). Le saludé, cruzamos unas cuantas frases de cortesía y me fui a sentar con mis amigos en unos sofás al fondo del local. No volvimos a cruzar palabra hasta que me levanté y tuve que pasar por su lado camino del cuarto de baño, momento en el cual se me acercó y empezó a preguntarme que tal iba la noche y otras cosas por el estilo. Tras presentarme a sus amigos, les sugerí que podían venir a sentarse con nosotros y así seguíamos charlando todos juntos. Aceptaron mi invitación y, al cabo de un rato, estábamos hablando de mil cosas y riéndonos sin parar.

A eso de las 2 sus amigos nos dejaron, ya que tenían que trabajar al día siguiente, pero él decidió quedarse un poco más y nos fuimos los cuatro a otra garito que sugirieron mis amigos, que andaban con ganas de juerga y querían algo más de marcha. Al cabo de un rato y aprovechando que yo “estaba bien acompañada”, se largaron de ligoteo por ahí y nos dejaron a los dos solos. Y ahí fue cuando el muchacho se empezó a poner cariñoso…

Al principio solo fue el típico tonteo sin importancia (o al menos eso supuse yo). Mientras nos contábamos cosas de nuestras vidas, dejaba caer de vez en cuando un “que guapa estás hoy” o “tienes una mirada preciosa”. Y todo hubiese seguido bien si no hubiera sido porque, en un determinado momento, intentó besarme.

Mi reacción fue pararle poniéndole una mano en el pecho y preguntar:

- ¿Y tú novia?

A lo que él se sonrió y respondió:

- No va a enterarse.

Con eso ya había tenido bastante, así que decidí dejarle plantado e irme en busca de mis amigos no sin antes decirle:

- Mira tío, eres un capullo.

Y eso fue todo.

Ya sé que si no es conmigo será con otra, pero al menos yo me he quedado con la conciencia tranquila y no he contribuido a que los cuernos de su novia sigan creciendo. ¡Bastante tiene que tener ya la pobre!

martes, 16 de noviembre de 2010

Frases que marcan

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Mi padre, durante una conversación sobre depilación masculina:

 

- Sí, como las mujeres, que se arrancan los párpados.

 

Así que, ya sabéis chicas. Si queréis estar guapas este invierno la moda es arrancarse los párpados. Sé que duele pero, ¡para estar guapa hay que sufrir!

Ah, y lo que mi padre intentaba decir es que nos arrancamos con pinzas los pelos de las cejas, pero le salió algo bastante más gore. En qué estaría pensando…

sábado, 6 de noviembre de 2010

La Vida

Y poco a poco yo le planto cara al miedo,
quité cobarde, por "yo quiero, puedo hacerlo"
y confiar, y salir de mi escondite así sin más.
Estar tan solo y no gustarme fue el lamento,
el lado fácil de perderme hata el respeto,
y yo soy más, no soy solo un comentario,
valgo más.

Y al despertar, la vida me regala otro color,
la vida que es igual que una canción,
tan llena de recuerdos y de voz.

La vida es esto a pesar de mis complejos,
quererme a muerte y poder querer al resto,
respirar, que me salga desde dentro y de verdad.
Que ser féliz es solo un sueño un falso invento,
que solo existe poder serlo por momentos,
nada más, que la vida es lo más grande
es la verdad.

Y al despertar, la vida me regala otro color,
la vida que es igual que una canción,
tan llena de recuerdos y de voz.
Y al caminar la vida que me enseña lo que soy,
la vida que devuelve lo que doy,
la vida que me indica donde voy.

viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Qué pasaría si se cumplieran todos tus sueños?

Imagina que mañana te despiertas y todos tus sueños se han hecho realidad. A tu lado duerme la persona de tus sueños, vives en la casa que siempre has querido tener, con todos los caprichos que se te pasen por la cabeza, tienes el trabajo más maravilloso del mundo, tu cuenta corriente nunca más va a darte disgustos… en fin, lo que se te pase por la cabeza. Pero…

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¿Cuánto tiempo crees que tu vida de ensueño va a seguir pareciéndotelo?

¿Cuánto tardarás en aburrirte? ¿En desear otras cosas?

¿Cuánto tiempo pasará antes de que el hombre o la mujer perfecta dejen de serlo?

¿Cuándo empezarás a pensar que a tu vida le faltan alicientes?

¿Por qué nunca somos felices del todo? Siempre queremos más. Vivimos deseando algo nuevo, diferente. Cuando consigues la meta que te has propuesto te inventas otra. Y así siempre, sin sentirnos nunca del todo completos.

"Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad."
Ninnon de Lenclos (Cortesana francesa)

martes, 2 de noviembre de 2010


Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos.
Eso no es corazón...; es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.

(G. A. Bécquer)



Eso me dijo. Que no tengo corazón, que soy fría como el hielo y lo tengo todo medido y calculado. Que nada me importa, porque nada siento. Que tengo una piedra en medio del pecho.

Pero no es cierto. Sólo es que no enseño mi corazón a cualquiera. A lo largo de los años he perfeccionado el papel y se ha hecho más fuerte la coraza. Una buena medida cuando no quieres que te hagan daño, aunque pueda resultar contraproducente en muchas ocasiones. Aunque el tema es que mi corazoncito está ahí, aunque tú no lo veas.

viernes, 29 de octubre de 2010

¿Intuición femenina?

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Para variar, me estoy metiendo donde no debería. He conocido a alguien. Es un chico guapo, simpático, divertido… vamos, que sería perfecto si no fuera por un pequeño detalle: tiene novia (ahora que lo pienso podía haber sido peor, podría ser gay y entonces sí que no se iba a fijar en mí en la vida).

Lo más fácil sería intentar meterme en la cabeza que él no es para mí, que tiene pareja, que vive con ella, que la quiere y que yo no pinto nada en el asunto. Pero no puedo. Y no puedo porque le veo prácticamente a diario y de vez en cuando noto que me mira demasiado fijamente y me habla con un tono de voz que no sé explicar, pero no es el que utiliza con el resto de personas. ¿Habéis sentido qué alguien te mira a los ojos y esa mirada dura más de lo que debiera, o que cuanto te agarra parece que te retiene más tiempo del justificado? Pues eso es lo que pasa. Vamos, que mi sexto sentido me dice que ahí, en el fondo, hay algo y que si me esfuerzo en mostrarle que valgo la pena puede que consiga algo.

También puede ser que el sentido me falle y que yo le interese lo mismo que comer percebes con chocolate. Pero ahí vamos, que ese sexto sentido, intuición o como queráis llamarlo, no es algo que se me aparezca muy a menudo. Normalmente no veo señales en los tíos, vivo en mi propio universo, y hay veces en que todo el mundo ha visto que le gusto a alguien y yo no me he dado ni cuenta. Por eso me extraña tener esta sensación y por eso no soy capaz de quitarme de la cabeza a este muchacho. La cosa es que no sé qué hacer. ¿Espero por si se me aparece un santo que me dé la solución a todos mis problemas? ¿Le dejo claro que me gusta? ¿Me muerdo la lengua hasta que sangre?

martes, 26 de octubre de 2010

Ya me había cansado de la plantilla del blog, así que he puesto una nueva y he aprovechado para hacer algunos cambios en las barras laterales.

¡Espero que os guste!

lunes, 18 de octubre de 2010

Recuperando el ritmo

Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, me encontraba tapada con el edredón hasta la oreja y al asomar la cabeza para apagar ese ruido infernal, sólo he podido pensar una cosa: “Joder, ¡qué frío!”. Y sí, soy muy friolera y llevo fatal el cambio de estación. Siempre que empieza el frío mi ánimo se torna algo depresivo. El invierno es tan largo y tan frío… Así que me he quedado un rato remoloneando en la cama hasta que he hecho acopio de fuerzas para salir de ella y empezar a hacer cosas. Es lo bueno de hacer un máster a distancia, que tú te pones los horarios.

image¡Qué bueno es dormir!

Lo malo es que llevo bastante tiempo sin estudiar y le he perdido el ritmo, con lo que estas primeras semanas se me están haciendo muy cuesta arriba. Sobre todo porque cuando estudiaba la carrera no tenía evaluación continua y ahora sí, y tengo que hacer montones de trabajos (ya lo llamen cuestionario, caso práctico o forma de desquiciarte buscando información por la red hasta que te sangren los ojos) sobre temas de los que sé menos que nada. Por eso he dejado mi blog bastante abandonado, los ratos libres no es que me apeteciese mucho seguir delante del ordenador. Más me estimulaba la idea de rociarlo con gasolina, prenderle fuego y danzar a su alrededor.

Quizá pensareis que soy un poco exagerada y que pronto empiezo a quejarme. Bueno, soy de quejarme al principio, una vez coja el ritmo y se me pase la tontería del cambio de tiempo, me sentiré mucho mejor.

viernes, 8 de octubre de 2010

Meme

La Gata me invita a hacer el meme de moda, así que aquí lo tenéis:

1. ¿Te llevas bien con tu suegra? Para bien o para mal, no tengo suegra. Eso sí, cuando la he tenido no nos hemos llevado muy bien porque no les suele gustar que esté en contra del matrimonio y que no tenga pensado tener hijos. Aunque eso a quien tendría que importarle es a su hijo, ¿no?

2. ¿Cuál es tu reto? Sacarme el máster que acabo de empezar y encontrar un trabajo que merezca la pena.

3. ¿Qué le dirías a tu jefe si te tocara la lotería? Pues nada, porque no tengo jefe. Pero si me tocase lo primero que haría sería comprarme una buena casa en la que mi padre no me despertase a primera hora de la mañana pasando la maldita aspiradora.

4. ¿Qué harías si descubrieras que alguien te está mintiendo? Todo depende de quién te mienta. Si es una persona que considero importante me sentaría tranquilamente a hablarlo con ella para que me explicase qué le ha llevado a hacerlo. Y si es alguien que me da lo mismo le soltaría algún comentario mordaz en cuanto se me presentase la ocasión.

5. Si se quema la casa y sólo puedes salvar una cosa: Me lanzaría corriendo por la jaula de mis hurones (con ellos dentro, por supuesto). ¡Los quiero como si fuesen mis hijos!

6. Entras en un sitio con mucha gente, ¿qué haces? Me suelo agobiar bastante en los sitios abarrotados, así que trato de huir en cuanto veo que empieza a haber demasiada gente para mi gusto. Bueno, aunque si es un concierto al que tengo ganas de ir, me muerdo la lengua y aguanto como una campeona.

7. ¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío? Todo depende del humor con el que me haya levantado, pero intento verlo medio lleno. ¡Hay que ser optimista!

8. Te encuentras con una lámpara mágica, ¿qué tres deseos pides? Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor… o eso dice la canción. Así que pediría tener la pasta suficiente para no tener que preocuparme por el dinero nunca más en la vida y poder dedicarme a estudiar alguna especie rara y a llenar mi casa de bichos (ideas de friki-biólogos); salud para toda la familia; y un hombre que me quiera con todas mis rarezas y al que yo quiera de la misma manera. Joder, no sabía que fuese tan típica…

9. ¿Qué te llevó a escribir un blog? El descubrir las bitácoras de otras personas. ¡Me picó el gusanillo!

10. Si fueses un dinosaurio, ¿cómo te llamarías? El nombre ya está inventado, pero me gusta. Sería el Carnotaurus.

11. ¿Querrías cambiar algo de tu pasado? Como cambiar, cambiaría muchas cosas. Pero de los errores se aprende, así que habrá que vivir con ellos.

12. ¿Cuál es tu sueño? Dedicar mi vida a los animales. Estaría bien ser como Jane Goodall pero con orangutanes.

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13. ¿Qué es lo más vergonzoso que has hecho? Salir de la ducha pensando que no había nadie en casa, ir sólo con un tanga al salón y encontrarme a mi hermano con un amigo allí.

14. ¿Con qué "1º vez" de tu vida te quedas y por qué? Con el primer viaje que hice con mi ex. Fuimos a Ibiza y lo pasamos genial recorriendo las calas y tostándonos al sol.

15. ¿Te acostarías con alguien por una apuesta? No.

16. ¿Aceptarías una proposición indecente? Una noche por 1 millón de €. Si es con un viejo verde lo dudo, pero si un chico joven y resultón la cosa cambia, jeje.

17. Si hicieran un peli de tu vida, ¿cómo se llamaría? Buscando el rumbo.

18. ¿Cuál es tu mayor defecto y cuál es tu mayor virtud? Creo que mi mayor defecto es que a veces soy tremendamente introvertida, y eso me causa problemas de vez en cuando. Y mi mayor virtud…. bufff… pues que soy capaz de darlo todo cuando alguien o algo me importan.

En vista de que la mayoría ya habéis hecho este meme, no voy a invitar a nadie a hacerlo pero, si alguno no lo ha hecho todavía, le animo a ello.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cosas curiosas…

Visto como está todo y viéndome en el paro hasta los 35 (gracias a nuestro amado país, que tiene en tan alta estima a los Biólogos…), he decidido hacer un máster. Pretendía pedir una beca, ya que mi economía no anda como para tirar cohetes y los estudios de posgrado no son precisamente baratos. Cual ha sido mi sorpresa cuando, al ir a formalizar la matrícula, me he dado cuenta de que si pienso solicitar beca no puedo pedir el pago fraccionado.

Pues veréis, no pido el pago fraccionado por gusto, sino porque me resulta imposible pagar ahora el pastizal que me van a sacar. Precisamente, los que pedimos becas lo hacemos porque no nos sobra el dinero, así que no podemos permitirnos empezar el mes haciéndole un ingreso de 3000 euros a la universidad y sentarnos a esperar si nos conceden la beca. Por desgracia, los estudiantes también comemos.

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lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Diversión?

¿Cuál es el concepto de diversión de la juventud actual? ¿Pillarse una cogorza día sí, día también? Me resulta muy triste pensar que hay tanta gente que sólo es capaz de divertirse si hay unos cuantos cubatas de por medio.

La mayor parte de la gente que conozco, sale para emborracharse y miden lo que se han divertido una noche en base a la magnitud de la resaca. Puede que al día siguiente se encuentren como si una caballería les hubiese pasado por encima pero, da igual, porque ¡vaya pedo me pillé anoche! Y como yo no me he emborrachado, pues es imposible que me lo pasase tan bien como ellos.

No soy totalmente abstemia. Simplemente no me suelo emborrachar, no me parece divertido. Me conformo con tomar un par de copas tranquilamente cuando me apetece. Si llevo el coche no bebo. Y también hay días en que me apetece más tomarme una coca-cola que un cubata. Que queréis que os diga, soy así de “rara”.

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Mis amigos son de los supuestos “fiesteros” que salen siempre que pueden y no son capaces de estar en un garito sin una copa en la mano. Se extrañan de que todas las noches que salgo con ellos termine mosqueándome. Y es que, cuando llevan 3 o 4 copas encima empiezan a insinuarse. Con cada copa adicional, sus frases empiezan a subir de tono, hasta alcanzar un grado bastante soez. Cuando me sueltan perlitas del tipo “te la metía hasta el fondo”, dejo de ser simpática y paso a cagarme en todos sus muertos.

No sé, repito que seré rara, pero no entiendo su concepto de pasárselo bien. Cuando llevas demasiadas copas encima las cosas dejan de ser divertidas.

No se me olvidará el comentario que me hizo un día un chaval al que acababa de conocer y que era amigo de un amigo de mis amigos (¡que enrevesado suena!). Bueno, la cosa es que el tío me suelta que para qué coño salgo si no pienso beber. ¿¿¿Perdón??? ¿Acaso es obligatorio? Yo salgo a charlar, bailar, escuchar un poco de música, conocer gente,… ¿si no bebo dejo de ser guay? Pues sí, básicamente eso es lo que me dijo, que vaya vida más triste la mía si no me emborrachaba. ¡Para triste tú muchacho!, ¡que no eres capaz de divertirse si no llevas una buena tajada encima! (Añado que el susodicho empezó la noche calladito y muy serio, y sólo empezó a relacionarse con los demás cuando se había bebido media botella de whisky).

En fin, que últimamente cada vez que salgo me siento un bicho raro, y no creo que debiese ser así.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Y de nuevo llegó septiembre…

Después de pasar un mes de agosto la mar de tranquilo en un Madrid despojado de las tres cuartas partes de sus habitantes, se siente un poco de morriña el ver que las calles se vuelven a abarrotar, todos salen como locos a comprar para llenar sus neveras con la vuelta a casa, y no hay manera de aparcar a la primera. Todavía hace calor, aún quedan unos días de piscina, pero hoy es un día en el que se empieza a sentir la marcha del verano y las tormentas que han decidido visitarnos parece que lo hacen para confirmarlo.

Y ahora que todos han vuelto, estoy preparando una escapada para la segunda quincena de septiembre. No van a ser más que 3 o 4 días, pero me parece que van a saber a gloria. Todavía no sé cuál va a ser el destino. En el aire están Ibiza o alguna isla Canaria, aunque también vengo arrastrando las ganas de ir a Florencia. Pero lo que más me importa no es el destino, sino desconectar un poco y pasarlo bien.

No me gusta viajar en agosto, hay demasiada gente en todas partes. En cambio, septiembre me parece un mes estupendo. Menos gente, menos calor y los mismos destinos a menor precio.

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domingo, 22 de agosto de 2010

De domingo

Llevo una tarde bastante aburrida y he decidido unirme a la moda de formspring. Así que, si tenéis alguna pregunta que hacerme, podéis hacerla aquí.

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jueves, 19 de agosto de 2010

Vacía

Si no fuese porque lo estuve en el pasado, pensaría que soy incapaz de enamorarme.

En los últimos dos años no he conocido a nadie por quien me haya implicado sentimentalmente. Ha habido chicos más o menos interesantes, pero ninguno que despierte ese cosquilleo inexplicable que nace en el estómago. Nadie con quien me apetezca dormir entre sus brazos.

Puede que haya sido porque guardo las distancias con la gente. Puede que me esté volviendo demasiado exigente. O puede que realmente no me haya cruzado con nadie que merezca la pena. No sé.

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viernes, 13 de agosto de 2010

Madrid en agosto

Me siento atrapada entre el aire vacacional que se respira en el mes de agosto y la ola de calor que nos invade, lo que hace que me dé una pereza inmensa escribir. Además, en estos días tampoco hay mucho que contar. Este año no tengo oportunidad de ir a la playa, pero no voy a dejar que eso me impida relajarme y disfrutar. Y seguramente descanse más que muchos de los que se han salido de viaje con esa intención y al final no van a parar ni un minuto.

Estoy dedicando los días a leer, refrescarme en la piscina, hacer algo de deporte, ver películas y salir con los amigos de terracitas. Todo muy relajadamente.

Me encanta estar en Madrid en agosto. No hay atascos, encuentras lugar para aparcar en sitios donde ni soñarías encontrar hueco en otra época del año, el gimnasio está vacío, en la piscina se respira tranquilidad… ¡una maravilla!

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miércoles, 4 de agosto de 2010

jueves, 29 de julio de 2010

Falsos amigos

Me he cansado de los falsos amigos. De los que te buscan cuando tienen ganas de desahogar sus amarguras y desaparecen sin dejar rastro cuando eres tú quien los necesita. De los que te llaman cuando no tienen nada mejor que hacer y te dejan tirado cuando encuentran un plan que les resulta más interesante que pasar contigo el rato. De los que te hacen la pelota cuando están contigo y luego te critican en cuanto te das la vuelta. De los que necesitan ser continuamente el centro de atención y, si no se hace lo que ellos quieren, montan en cólera te conviertes en la peor persona del mundo.

Llega un momento en el que te hartas de estar ahí para todos y que ellos no se dignen en devolverte el favor de vez en cuando. Tengo supuestos amigos de los que, si lo pienso, realmente no sé nada y veo que tenemos poco en común. Así que he decidido que voy a dejar de estar ahí para los interesados. Voy a ir tachando de mi lista a todos los que creo que no merecen la pena.

Para los amigos de verdad siempre estaré ahí, eso lo tengo claro. Pero el resto pueden olvidarse de mi existencia. Me propongo renovar un poco mi círculo de amistades, aunque verdaderamente no tenga muy claro por dónde empezar. Pero, en fin, que no aguanto más a las falsas amistades. 

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miércoles, 21 de julio de 2010

Relleno

Ayer estuve en las rebajas visitando tiendas de ropa interior. Había sujetadores preciosos a precios muy bajos, pero me resultó difícil encontrar alguno que no tuviese relleno. La mayoría eran de los famosos push-up.

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No pensaba que se vendiesen tanto este tipo de sujetadores, pero visto la variedad que hay debe ser que sí. Tengo un par así, son muy bonitos y hacen un escotazo de vértigo, pero no me termino de sentir a gusto con ellos porque cuando me los pongo siento que todo el que me conozca se va a dar cuenta de que algo raro hay ahí. Vamos, que se nota que llevas relleno. Un día tienes un pecho normalito y al siguiente tienes unas tetazas de vértigo. Los hay que no son muy exagerados, pero otros aumentan muchísimo. Aparte de que se den cuenta los conocidos, también está el hecho de que si tienes fiestecita esa noche, el ligue en cuestión puede sentirse engañado cuando te vea sin sostén.

¿Qué opináis?

martes, 13 de julio de 2010

Interrogantes

¿Por qué cada vez que conozco a un chico interesante resulta que tiene novia?

¿Por qué esa manía de tontear si tienes pareja?

Joder, ¡dímelo desde el principio y así no pierdo el tiempo con gilipolleces!

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jueves, 8 de julio de 2010

Cerdo

Volvía tan feliz del gimnasio… bueno, en realidad no tan feliz. Más bien subía calle arriba resoplando por los 40º de temperatura y la escasez de sombras en las que guarecerse, cuando veo un coche bajar la calle. Según se iba acercando a mí, vi que frenaba y bajaba la ventanilla del copiloto. Como buena ciudadana, pensé que iban a preguntarme cómo llegar a algún sitio y me dispuse a ayudar en la medida posible. Me esperaba algo así como:

- Perdona, ¿para coger la M-40?

Pero en lugar de eso he oído una frase inconexa:

- Blablabla doy 100 euros bla bla blablabla boca.

En el tiempo en que mi cerebro ha tardado en descifrar lo que me querían decir, mis piernas han dado un paso más hacia el coche. Así, ha aparecido en mi campo de visión un individuo (paso de llamarle hombre o persona) con la bragueta bajada y que meneaba una cosilla con una mano mientras sujetaba el volante con la otra. Vamos, que lo que me había dicho es que me daba 100 euros si se la chupaba.

La cara de asco que se me ha debido de quedar tenía que ser digna de ver. Rápidamente me he girado y he salido escopetada hacia mi casa.

Y estaba yo pensando. ¿Este personaje realmente pensaba que podía conseguir eso de una chica que va tan tranquilamente andando por la calle? Si tienes ganas de que te la chupen, ¿no es más fácil irte de putas? Y seguro que bastante más barato… ¡Pero que asco señores!

martes, 6 de julio de 2010

Volver

Llevaba meses sin saber de él.

Hubo una época en que nos veíamos mucho. Nunca hubo nada serio pero no era simplemente sexo. O al menos eso pensaba.

Nos pasábamos noches enteras abrazados viendo películas. Hablábamos de nuestras vidas. Nos contábamos nuestros problemas. Nos reíamos. Otras veces salíamos de fiesta juntos, hasta que salía el sol. No sé muy bien cuanto duró. De pronto empezamos a vernos con menos frecuencia. Todo era más frío y surgieron los reproches. Hasta que un día me vino con el cuento de que había conocido a alguien y salió de mi vida igual que entró.

Me dolió mucho. Sabía que iba a terminarse tarde o temprano, no estábamos hechos para estar juntos. Pero dolió y mucho más de lo que me imaginaba. Pasé una mala racha. Lloré al pensar que ya no le iba a tener más. Le odié. Y al final, olvidé.

Ahora lo ha dejado con su novia y vuelve tan campante, pretendiendo que retomemos esos días.

Le he dicho que no puedo, por muchos motivos. Porque me abandonó para largarse con otra. Porque antes sentía cosas que ya no siento. Me decepcionó, y esa sensación de decepción sigue planeando sobre mi cabeza cada vez que hablamos. Estoy en tensión, como si tuviese delante a un enemigo. Alguien que quiere hacerme daño.

Insiste, una vez tras otra. Dice que no va a parar hasta que le diga que sí.

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jueves, 1 de julio de 2010

Banalidades

Odio gastarme 10 euros en unas medias y que se rompan según me las estoy poniendo. Sobre todo si voy mal de tiempo y no tengo otras a mano que ponerme. Pero peor es gastarte una pasta en un conjuntito de esos de encaje pensando en volver loco al galán de turno, y que éste no se dé ni cuenta de lo estupenda que te has puesto para él. Algunos nunca se conforman. En cambio, otros te adoran de cualquier manera y te dedican sus más ocurrentes piropos aunque te encuentren en chándal y sudada cuando llegas de correr. Lo malo es que en esos no te sueles fijar. Demasiado fáciles.

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viernes, 25 de junio de 2010

La tormenta

Anoche, durante esa tormenta eléctrica de la que muchos hoy colgaban fotos, un rayo cayó sobre el edificio en que vivo. Tuvo dos consecuencias. La primera, que casi muero de un infarto. Estaba plácidamente dormida cuando sonó un estruendo que hizo retumbar las paredes. Creí que era el día del juicio final, hasta que recobré un poco la lucidez y me di cuenta de que sólo era una tormenta. Así que me di la vuelta dispuesta a seguir durmiendo tan feliz (pobre ilusa). La segunda consecuencia, que me ha tenido puteada toda la noche, es que nos quedamos sin luz durante varias horas. Horas que aprovecharon los mosquitos para hacerme la vida imposible. Sabían que mi preciado enchufe había quedado fuera de combate y aprovecharon para venir a por mí.

atomic mosquitos

Opté por intentar eliminarlos a base de espray, pero sólo conseguí pasar un mal rato. Creo que hizo más efecto en mí que en ellos. Y como tenía tanto sueño que no era capaz de volver a levantarme de la cama, me he pasado toda la noche en una duermevela en la que intentaba dormir mientras tenía la mano preparada para soltar manotazos si les oía acercarse.

Conclusiones:

  • No he dormido nada y llevo todo el día medio zombi.
  • En la nevera hay algo con un olor un poco sospechoso.
  • Algún gracioso aprovechó la tormenta para entrar a robar en el kiosko de la piscina de la urbanización. Sí, es triste. La gente es capaz de empaparse y correr el riesgo de que les parta un rayo, con tal de poder robar golosinas y refrescos.
  • No tengo agua caliente. (Esto no viene a cuento pero me apetecía ponerlo).

Buen finde chicos. Yo creo que lo voy a empezar metida en la camita…

lunes, 21 de junio de 2010

Pequeñas confesiones

- Soy zurda, pero no escribo con la muñeca retorcida como la mayoría de los zurdos.

- No me gustan las películas románticas, aunque me enamorase de Ewan McGregor oyéndole cantar en Moulin Rouge. Soy más de cine de terror.

- Me gusta ir de punta en blanco a todos sitios, lo que ha hecho que me gane fama de pijilla.

- Nunca llevo pendientes. Ni siquiera tengo agujeros.

- Con 17 o 18 años me encantaba maquillarme y tenía montones de sombras de ojos y pintalabios. Ahora, en el 90% de las ocasiones, sólo me pongo un poquito de colorete y rímel. Cuanto más natural, mejor me siento.

- Me enloquecen los zapatos de tacón y no me importa gastarme una pasta en un par.

- Otra de mis pasiones son los vestidos. Tengo el armario lleno. Algunos no me los he puesto más que una vez y ahí se han quedado, muertos de risa.

- Siempre me han gustado los morenos, aunque mi último novio fuese un rubio de ojos azules.

- Hay días en que, después de entrenar y ducharme en el gimnasio, me planto algún modelito sexy sólo para ver la cara que se le queda al monitor al verme.

- Tengo la manía de morderme el labio cuando estoy concentrada.

- Me han dicho mil veces que no tengo pinta de que me guste la música que suelo escuchar ni las discotecas que frecuento.

- Nunca he probado las drogas.

- Tengo la sensación de que he perdido el tiempo en muchos momentos de mi vida. Actualmente creo que lo estoy haciendo, pero no hago nada por remediarlo.

- Me gustaría ser más lanzada.

- En momentos clave, me pone cachonda que me digan que soy una zorra.

- No me gustan casi ninguna tarta ni pastel y prefiero una bolsa de patatas a una tableta de chocolate.

- Me encanta hacer el payaso.

jueves, 17 de junio de 2010

Ladrones

Estimados ladrones de mi compañía telefónica, ¿os habéis enterado de que el país está en crisis? Me parece que no, porque seguís buscándoos las tretas para sacarnos el dinero por todos lados y con cualquier excusa. Si al menos el servicio fuese bueno, pagaría gustosamente; pero resulta que, en lo que va de semana, la media de tiempo que se mantiene la conexión a internet sin colgarse es de un minuto y medio. Conclusión, cuando llevo un cuarto de hora sentada delante del ordenador ya tengo ganas de partirle la cara al primero que se me ponga por delante. En este estado me resulta bastante difícil leer blogs o escribir en el mío, así que he decidido cagarme en todos vuestros muertos. Espero que solucionéis el problema rapidito porque si no os van a dar mucho por culo (con perdón por la expresión).

Os dejo, que voy a ver si corriendo se me pasa el cabreo…

martes, 8 de junio de 2010

De conductores y copilotos (II)

Ya que me he puesto con el tema de la conducción voy a seguiros contando algunas cosillas que me sacan de quicio.

Uno de mis amigos tiene la manía de revolverlo todo en cuanto se sube al coche. Tiene la capacidad de ponerme de los nervios aunque no lleve ni cinco minutos subido. Siempre me critica la música que tengo puesta, sea la que sea, y me revuelve los cds en busca de alguno que sea de su agrado. La mayor parte de las veces no se contenta con poner uno, sino que va cambiando cada dos por tres porque se le pasa por la cabeza la idea de que hay algo que le apetece más escuchar que lo que acaba de poner. Además, me revuelve la guantera y si va borracho (lo que suele ser muy a menudo) se pasa todo el camino haciéndome preguntas sin sentido. Según va avanzando la noche y subiendo su grado de alcohol en sangre, mi mala leche va aumentando en proporción.

Yo cuido mucho mi coche. Es el segundo que tengo. El primero me lo compraron mis padres de segunda mano, así que como ya estaba un poco hecho polvo y tenía que compartirlo con mi hermana, no le daba mucha importancia a su estado (entre otras cosas porque mantener un coche limpio y sin golpes con ella es bastante imposible). Ahora que tengo un coche que he podido disfrutar desde que salió de fábrica, lo cuido como a un tesoro. Vamos, que cada vez que me lo araña algún desalmado me cago en todos sus muertos. Soy la típica que lo lleva bien limpito y perfumado, con lo que creo que sobra decir que no dejo que se fume dentro de él. Odio el tabaco y como no fumadora no soporto el olor que deja en la tapicería. Mis amigos fuman casi todos y les tengo dicho que ni se les ocurra encender un cigarrito cuando se suban al coche. Pues bien, todos los puñeteros días tenemos la misma discusión cuando algún graciosillo salta con la preguntita “¿Me puedo encender un cigarro?”. Las primeras dos o tres veces que me preguntan suelo ser agradable, luego les suelto la primera bordería que se me pasa por la cabeza. El colmo lo tuvimos el día que se querían fumar un porro. Casi salimos en los periódicos.

Cómo no, me molestan las personas que no saben circular en las glorietas, que se cruzan con los coches que van por el carril de fuera, quedándose a escasos centímetros de pegarse un piñazo, y que encima tienen la cara de ponerse a pitar y lanzar berridos. También los que van permanentemente por el carril de la izquierda, sea cual sea su velocidad y esté o no libre el carril derecho; los que van a veinte y pegan el acelerón cuando los vas a adelantar; los que pitan una milésima de segundo después de que el semáforo se ponga en verde; los que se compran un todoterreno grande como una casa para ir a comprar el pan o recoger a los niños al cole;

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los que no saben aparcar y te rozan el coche aunque haya hueco suficiente para meter un autobús; los que dejan el coche en doble fila y se van al bar a tomarse un copazo; los que adelantan por la derecha… y podría seguir diciendo cosas pero creo que ya me he desahogado bastante.

Y vosotros, ¿tenéis algo que añadir?

miércoles, 2 de junio de 2010

Conductores y copilotos

Todos nos transformamos en mayor o menor grado cuando nos ponemos detrás del volante. Yo soy de las que pierden la paciencia fácilmente y en cuanto hay demasiado tráfico para mi gusto me estreso bastante. Una de las cosas que peor llevo es tener de copiloto a alguno de esos conductores que, cuando se suben al coche de otro, se piensan que son ellos los que van conduciendo. Entiendo que no lo hacen adrede, sino que es una actitud más bien involuntaria, pero no hay nada que me saque más de quicio que ir tranquilamente conduciendo y ver que quien llevo al lado va haciendo los mismos gestos que yo.

Nos acercamos a una glorieta y, mientras freno y miro si vienen coches, veo por el rabillo del ojo una cabeza que se levanta y que mira y mira. Tanto mira que cuando me meto en la glorieta sigue mirando para ver a qué distancia están los posibles coches que vienen por el interior. Controla los semáforos, los pasos de peatones, los cedas, los coches que nos rodean, me toca las narices mientras aparco…. Vamos a ver. Sé conducir. De hecho, hace seis años que me saqué el carnet, así que no soy una conductora novel y he tenido tiempo más que de sobra para coger experiencia. Mis amigos me dicen que conduzco muy bien (algunos con la coletilla de “para ser mujer”), así que no entiendo el estrés que tienen estos personajes. Si fuese a 100 por una zona residencial, entendería que el de al lado se pusiese nervioso, pero respeto los límites de velocidad y las normas de tráfico, nunca bebo si voy a coger el coche y conduzco con mil ojos porque los coches me dan un poquito de miedo (por lo mal que se conduce en este país, todo sea dicho). Conclusión, no hay razón para ponerse en ese plan y lo único que consiguen es avivar mi instinto asesino. Se me pasan ideas por la cabeza cómo abandonar el paquete en una cuneta y que tenga que volver a su casa haciendo autoestop. Reprimo las ganas de parar el coche y decir “¿quieres llevarlo tú?” Creo que hay veces en las que hasta me sale un humillo negro de la cabeza.

Una de mis amigas es así y siempre evito llevar yo el coche cuando quedamos para que no me nazcan las ganas de matarla. Que sí, que puede que sea un poco exagerada, pero me pone muy nerviosa esa actitud, no puedo evitarlo. Y si voy con mi padre ya apaga y vámonos, porque es el típico que te va explicando todo como si no hubieses cogido un coche en tu vida y le va poniendo pegas a tu forma de conducir. Lo peor es que él no es precisamente un conductor ejemplar. Cada vez que voy con él a algún sitio se come cuatro bordillos y está a punto de atropellar a un par de abuelos, así que no entiendo la manía de dárselas de listo con los demás.

Definitivamente, no me gusta conducir.

bmw

domingo, 30 de mayo de 2010

El encanto de las cosas pequeñas

Hay veces en que nada nos hace felices. Otras, en cambio, las cosas pequeñas hacen que nos sintamos en el paraíso.

Cosas como una sonrisa que te dedica alguien especial, tomar algo en una terracita mientras charlas con un par de amigos, jugar con tu perro, comer una paella al aire libre, leer un libro junto a la piscina…

Este fin de semana ha estado lleno de cosas pequeñas y una tras otra han hecho que me sienta feliz, más feliz de lo que me he sentido en mucho tiempo. Me he olvidado de todas y cada una de las preocupaciones que me rondan últimamente por la cabeza y me he relajado como nunca.

¡Feliz semana!

hierba

martes, 25 de mayo de 2010

Hace mucho que se acabó

Me preguntas porqué dejé de quererte. ¿Acaso crees que tengo una respuesta? El amor se va sin que nosotros decidamos cuándo ni cómo. Ni siquiera sé en qué momento se largó. Sólo que un buen día me paré a pensar y me di cuenta de que pasaba muy buenos ratos junto a ti, pero ya no estaba enamorada. Me encantaba tu compañía, pero ya no necesitaba besarte ni tocarte. Los sentimientos se evaporaron poco a poco, tan despacio que no fuimos conscientes de ello ninguno de los dos, hasta que ya fue demasiado tarde. Pero… ¿qué podíamos haber hecho? No podemos decidir cuando queremos ni cuando dejamos de querer.

No creas que fue fácil para mí. Me he reprochado muchas veces el haber estropeado algo tan bonito. En ti tenía a alguien que me lo daba todo sin pedir nada a cambio, más, a pesar de todo, no debió ser suficiente. No tengo la más mínima idea de qué faltó. No puedo darte explicaciones, no las tengo. No hubo terceras personas, por mucho que tú te empeñases en que había alguien más. Simplemente se terminó.

No entiendo como después de tanto tiempo sigues sintiendo algo por mí y manteniendo la esperanza de que volvamos a estar juntos. De verdad que no lo entiendo. Tú, que presumías de tener a decenas de mujeres detrás de ti, te arrastras detrás de mí. Lo único que haces es perder el tiempo, te lo he explicado mil veces. Y además de perder el tiempo, consigues que me sienta mal, porque me haces recordar cosas en las que todavía me duele pensar.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Gilipollas

El sábado quedé con un amigo al que llevaba meses sin ver. No es que haya estado tan ocupada que no encontrase tiempo para vernos, sino que últimamente he estado en un plan en el que por más que buscase las ganas de arreglarme y salir por ahí, no las encontraba. Lo entiende y no me lo reprocha, algo que me hace sentir bien. Estoy acostumbrada a que mis amigas me monten el pollo cada vez que me escabullo unas cuantas veces de quedar con ellas, así que dar con alguien que no se siente ofendido porque no me apetezca moverme de casa es bastante agradable.

Charlamos, bromeamos, reímos, bailamos. Terminamos en el típico local donde casi todo el mundo se conoce y sabes que más tarde o más temprano verás caras conocidas. Antes iba mucho por allí, pero dejé de frecuentarlo hará cosa de un año. Cada vez que vuelvo siento que todo sigue igual, hay cosas que nunca cambian.

Al rato de llegar aparece Carlos. Ya ni recuerdo la última vez que nos vimos. Es un chico complicado. Tímido, reservado, cuesta conocerlo. He de reconocer que cuando le conocí me dio una impresión muy rara. Pensaba que le caía mal porque me soltaba unas miradas rarísimas y unas veces venía a hablarme con su mejor sonrisa y otras casi ni me saludaba. Hasta que me dijeron que estaba interesado en mí, cosa que corroboró en persona una noche que bebió más de la cuenta e intentó conquistarme. Decliné amablemente su oferta y, desde entonces, nos hicimos buenos amigos. No de los que se ven muy a menudo, pero sí de los que quedan de cuando en cuando para tomar algo y ponerse al día.

Se acerca sonriente, dice que se alegra mucho de verme. Hablamos un rato y empieza a ponerse más simpático de lo habitual. Me dice que a ver si quedamos algún día y sólo con ver su mirada me doy cuenta de por dónde van sus intenciones. En lugar de aceptar que seamos amigos y ya está, siempre tiene que intentar que haya algo más. Eso no me hace sentir muy cómoda y por eso no nos vemos con mucha frecuencia.

Pero me alegro de que estemos los tres juntos, porque me hace recordar esos fines de semana en los que salíamos de fiesta y terminábamos en cualquier bar, cuando ya todo había cerrado y el resto se habían ido a sus casas, tomando café y sin ganas de irnos a la cama.

Echo de menos esa época, cuando no nos importaba nada más que pasarlo bien.  Últimamente tengo demasiadas preocupaciones en la cabeza y no consigo desconectar, no sé si me estoy haciendo mayor o que definitivamente he terminado por quedarme gilipollas.

viernes, 14 de mayo de 2010

Pedazo de hombre… : Gerard Butler

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Hoy es viernes y hay que liberar la mente, así que, al más puro estilo de las chicas de “Sé lo que hicisteis”, me he decidido a crear mi propia sección de chulazos para alegrar la vista de las féminas que me visitan.

Y para empezar he elegido a Gerard Butler, ese hombretón que encarnó al mismísimo rey Leónidas (el orgullo de Esparta, vamos). Quizá los entendidos en cine decidan ahorcarme, pero a mí 300 me gustó y la he visto varias veces (y no sólo por el elenco de abdominales que aparecen).

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Un inciso: Si queréis que os recomienden cine culto creo que no soy la persona más apropiada. Y, sí, soy un poco friki.

Otra que me gustó fue RocknRolla, de Guy Ritchie, donde sale la mar de estupendo. Es una peli del estilo de Cerdos y Diamantes con la que puedes pasar un buen rato riéndote de la panda de personajes que salen.

Ahora mismo podemos disfrutar de él en nuestros cines gracias a la película Un ciudadano ejemplar, que no sé muy bien de que va, pero el muchacho termina en la cárcel (quien fuera preso para meterse en las duchas con él).

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¿Qué os parece?

miércoles, 12 de mayo de 2010

Tardes de café

- Vamos morena, sonríe un poco, que parece que estás de luto.

- Es que pienso demasiado, ¿sabes? Y tanto pensar me borra la sonrisa de la cara y hace que me salgan arrugas en la frente. Normal que digan que soy demasiado seria…

- ¿Quién?

- No sé, la gente.

- Ya. Gente que no te conoce, ¿no? Gente que no sabe que estás como una puta cabra y a la primera de cambio te pones a bailar sin música y que le hablas a tus bichos con voz de idiota.

- Gracias, “querido”. Lo cierto es que últimamente no hablo mucho con nadie. Las mujeres no me dan conversación y los hombres se limitan a mirarme el culo.

- Será porque lo tienes muy buen puesto.

- No me importa si lo tengo o no lo tengo bien puesto. Estoy cansada de que los tíos sólo se acerquen a mí por mi físico. Joder, a la mayoría no les importa una mierda si tengo o no tengo algo en la cabeza. Lo único que les importa es que quedo bien en su lista de conquistas.

- ¿Acaso no has hecho tú lo mismo que ellos otras veces?

- Sí. Y no me siento orgullosa de ello. He estado con tíos que tenían la misma inteligencia que mi tostadora y me arrepiento de ello, pero en esa época sólo buscaba divertirme. Había salido de una relación muy jodida, lo había pasado tremendamente mal. Me apetecía pasármelo bien y no tener implicaciones con nadie. Salir con tíos a los que lo único que les preocupa es el tamaño de sus bíceps me ayudaba a no pensar.

- ¿Y ahora qué es lo que quieres?

- Quiero ser algo más que un culo bonito. No quiero un hombre para casarme y tener churumbeles, pero quiero que quien esté a mi lado sea porque le parezco divertida, inteligente, interesante… no quiero ser una mujer florero.

- Pues quizás deberías empezar por mostrarte un poquito más a la gente. No sabes lo difícil que resulta conocerte, te encierras en tu caparazón y así no hay quien sepa cómo eres.

- Sí, quizá…

- Sí. Luego te quejas de que piensen que eres fría, distante o simplemente una borde, pero es la imagen que das. Los que te conocemos sabemos que no eres para nada así, pero el resto especulan en base a lo que tú les muestras. Y lo que muestras no es lo que eres.

- Es que estoy cansada. No tengo ganas de esforzarme.

- Pues así no vas a conocer nunca a nadie. Tú misma.

martes, 11 de mayo de 2010

Maldita lluvia

¡Maldita lluvia y maldito tiempo que está cada día más loco!

El sábado me fui hasta Alcalá de Henares para asistir al concierto de Maldita Nerea. Tenía muchas ganas de verles porque no he podido escucharles en directo nunca y, aunque no es mi grupo favorito, algunas de sus canciones me gustan mucho.

El día estaba bastante gris y chispeaba a ratos pero fue llegar allí y ponerse a llover con ganas. Esperamos la cola, entramos a la Plaza de Toros, pedimos algo para beber… todo bajo la lluvia. Así que al final, como era de esperar, tuvieron que suspender el concierto y nos tocó quedarnos con las ganas. Espero poder ir al siguiente…

viernes, 7 de mayo de 2010

¡Qué bien me conservo!

No sé si sentirme halagada u ofendida, pero me ha salido un pretendiente de 19 añitos. Desconozco si es consciente de los años que le saco, porque ni me ha preguntado mi edad ni yo se la he dicho, pero a nada que haya mirado un poquito mi perfil del facebook habrá visto que estoy a unos meses de cumplir los 26. Y que sí, que siempre me dicen que no aparento la edad que tengo, pero de ahí a pensar que soy de su quinta hay un trecho.

Pues nada, que el muchacho me escribe mensajitos vía internet intentando que quedemos un día de estos para tomar algo. Mira que últimamente les digo a mis amigas que necesito meterle un poquito de alegría a mi vida para recordarme que soy una chica joven y sin ataduras y no la madre de familia que me viene a la mente cada vez más a menudo por la vida pseudo-monacal que llevo en los últimos meses; pero esto creo que ya es demasiado.

Así que, mientras el de 19 intenta camelarme, yo me entretengo charlando con uno de 28 que me altera las hormonas bastante más y pienso que es preferible un tío con casa propia y una cama bien grande en la que poder dar rienda suelta a nuestra imaginación, que tener que volver a esas épocas en las que había que montárselo en el coche la mayoría de las ocasiones. Que penita que el de 28 esté comprometido…

jueves, 29 de abril de 2010

I can´t stop

Llevo toda la semana sin parar y cuando encuentro un rato para sentarme delante del ordenador lo que menos me apetece es escribir. Estoy cansada y me hacen los ojos chiribitas así que, como no tengo la cabeza para pensar mucho, os dejo con una canción que últimamente no puedo dejar de escuchar.

The moment's looking right
Just love and not a fight
So tonight I think we're gonna make it happen
Your voice gives me desire
Just you can give that fire
So baby can't you see
You are the only one for me

I can't stop thinking of you
'Cause you're the one I want tonight
You make me feel so right
Let's make it true
I can't stop thinking of you
'Cause you're the one I want tonight
You make me feel so right
Just me and you

martes, 20 de abril de 2010

¿Operación bikini?

Se nota que se acerca el calorcito y el buen tiempo, porque la gente se empieza a obsesionar con sus kilillos de más. Mientras hasta hace poco todo eran caras conocidas en el gimnasio, vaya, que iban los mismos de siempre, este mes de Abril están empezando a aparecer una cantidad sospechosa de nuevas caras. Sobre todo son mujeres, que ya se sabe que somos las que más nos obsesionamos con estar estupendísimas cuando nos pongamos el bañador este verano.

A mí no me va lo de la operación bikini. Intento cuidarme durante todo el año. Ya no sólo por mantener la línea, sino porque me gusta comer sano y sí, aunque parezca mentira, me gusta ir al gimnasio (a pesar de la cara de horror que ponen muchos cuando lo digo). Hacer deporte me relaja, me hace sentir bien y consigue que no me sienta culpable cuando me pongo a reventar de palomitas en el cine (¡ya las quemaré en la elíptica el lunes!).

Tengo bastante poca fuerza de voluntad y, si no me gustase el deporte, habría durado un mes apuntada al gimnasio y no hubiesen vuelto a saber de mí por los restos. Así que admiro a todas esas personas que van día tras día a pesar de que odien estar allí, simplemente porque quieren conseguir el tipazo que tienen en mente. Aunque hay poca gente así, la mayoría abandona en cuanto se da cuenta de que eliminar el michelín es más trabajoso de lo que se pensaban.

Luego están los tíos que se quieren poner fuertes e intentan levantar más peso del que son capaces de soportar. Empiezan a ponerse rojos, amarillos y de todos los colores. Sudan a borbotones. Gritan como si estuviesen en la sala de tortura. Les tiemblan los brazos. Vamos, que parece que va a aparecer el mismísimo Hulk ante tus narices. Pero no, es sólo uno de tantos que quieren emular a los chicos de 300 y llegar a ser auténticos espartanos. Pues bien, un consejo. Si trabajas únicamente los brazos, sí, se te van a poner muy fuertes, pero el resto del cuerpo también merece un poquito de atención. Vamos, que eso de tener los brazos de Darek y el cuerpo del cantante de Pereza (sin ánimo de ofender), no es que quede muy bien. Habrá que compensar un poquito, ¿no?

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jueves, 8 de abril de 2010

Cierra los ojos

Cierra los ojos y deja volar su imaginación…

Le acarician esos dedos que han recorrido cada milímetro de su cuerpo cientos de veces a lo largo de varios años de relación. Y a fuerza de repetición, ya no siente nada cuando la tocan. Se pregunta qué fue de la pasión que antes eran capaz de desatar en ella. Una miraba, un roce, bastaban para volverla loca. Se comían a besos con locura, no se cansaba de gozarle. Pero de eso ya hace mucho. Le quiere, claro que le quiere, como se quiere a un amigo que ha sido cómplice de tu vida durante mucho tiempo. La pasión, el deseo, son agua pasada.

No es capaz de abandonarle. Se siente cómoda a su lado, protegida. Él le aporta la estabilidad que tanto anhelaba. Conoce cada una de sus manías, lo que le gusta y lo que no, sabe cómo ha de actuar a cada momento. Sería tan complicado tener que volver a empezar de cero…

Así que, ahora, mientras está sentada en la cama junto a él, cierra los ojos y deja volar su imaginación. Piensa en ese compañero de la oficina que le parece tan aterradoramente atractivo. Cada vez que se rozan accidentalmente, siente que su corazón se acelera, galopa de una manera que tenía olvidada. A veces siente como si se marease ligeramente cuando se acerca y siente su olor.

Imagina  que son los dedos de ese chico los que surcan su piel, sus labios los que la besan. Es la única manera que encuentra de sentir algo.

No hay duda de que su corazón le pide volar. Abandonar su cómoda vida, cambiar de aires y volver a sentirse viva; pero es incapaz de dar el paso. Demasiado miedo, demasiadas complicaciones. Sigue como siempre, anhelando algo que no tiene y resignándose a esa vida que ella misma se ha impuesto.

Sólo tiene 26 años y ya ha renunciado a la pasión.

A sus 26, también ha renunciado al amor.

viernes, 2 de abril de 2010

¿Cómo sería tú hombre ideal?

Pues buena pregunta. Me la hicieron anoche y he decidido contestarla aquí y ahora.

  • Físicamente nunca he tenido un prototipo especial. Siempre me he sentido más atraída por los morenos que por los rubios pero, teniendo en cuenta el hecho de que el hombre al que más he querido era un rubio de ojos azules, casi que podemos pensar que eso no tiene demasiada importancia. Me fijo mucho en la sonrisa y en la mirada, aunque no sabría decir qué es exactamente lo que me gusta. Simplemente, de vez en cuando encuentro a alguien a quien no puedo dejar de mirar, sin saber muy bien porqué.
  • Quiero que me haga reír. No me refiero al típico payasete que está siempre haciendo gracias, sino a una persona con la que te sientes tan bien y hay tanta complicidad que os pasáis el día riendo juntos.
  • Me gustan los hombres inteligentes, con la cabeza bien amueblada y seguros de sí mismos. Esos que saben perfectamente lo que quieren a cada momento y te transmiten seguridad.
  • Que le gusten los animales, al menos la mitad que a mí. Soy una fanática y no puedo vivir sin ellos. Así que necesito a alguien que sea capaz de vivir entre perros, pájaros y hurones.
  • Que tenga un carácter fuerte para poder lidiar con el mío. Soy una mujer con muchísimo temperamento y necesito una persona que sepa mantenerme a raya y no me deje subirme a su chepa.
  • También tiene que ser una persona a la que le guste moverse y hacer cosas continuamente. No me gusta estar quieta. Eso  no quiere decir que no me guste quedarme una tarde en casa viendo una peli, que sí que me gusta, pero lo que no tolero es la típica rutina de no moverse del sofá en todo el día.
  • Y puestas a pedir que se cuide, le guste hacer deporte y si está como un queso pues mejor que mejor.

¿Es mucho pedir?

lunes, 22 de marzo de 2010

Cuestión vocacional

Cuando un joven llega al año en que ha de realizar la selectividad y elegir la carrera que desea estudiar, ¿recibe suficiente información que le ayude en su decisión? No sé vosotros pero, en mi caso, cuando tuve que escoger, me encontré con que no tenía ni idea de los contenidos de las diferentes opciones. No me fue difícil elegir porque desde siempre he tenido una vocación clara pero, aún así, una vez empecé a estudiar en la facultad de biología, me di cuenta de que las cosas eran muy diferentes a como las imaginaba.

Muchas veces te encuentras con una lista de titulaciones y has de elegir sabiendo poco más que el nombre. Así ocurre, que muchos escogen su carrera en base a la idea que tienen en su cabeza de lo que puede ser y luego se decepcionan y terminan dejándola. Algo así le pasó a mi hermano. Hizo la selectividad y, como no tenía ni idea de qué estudiar, escogió en base a su nota y a como le sonaba que podía ser la cosa. Acabó estudiando algo que nunca le ha llenado (en su caso no lo dejó, sino que decidió terminar ya que había empezado) y de lo que prácticamente no ha ejercido (las prácticas de empresa y poco más).

Yo he tenido bastante más suerte. He estudiado una carrera que me encanta. Para mi gusto, es lo más bonito que podía escoger. Pero, una vez dentro, me di cuenta de que, realmente, para lo que yo quería hacer, que era trabajar con animales, no me hacía falta estudiar una carrera. Es más, el ser bióloga parece que lo dificulta porque, en muchos casos, te consideran personal demasiado cualificado para ciertos trabajos. A eso hay que sumarle que es una de las carreras con más paro del país pero, al fin y al cabo, eso ya lo sabía desde el primer momento.

El chico con el que salía en la época en que empecé la universidad, veía una tontería meterse a estudiar esa licenciatura si sabía que había muchas posibilidades de terminar trabajando en algo totalmente diferente. Para él, había que elegir, no en base a tus gustos, sino pensando en las salidas laborales. Yo le decía que no iba a desperdiciar tantos años de mi vida estudiando algo que no me atraía lo más mínimo. Para mí era y es mucho más importante sentirme a gusto con lo que hago.

Quizá, uno de los fallos en casos como el mío y el de mi hermano, es la excesiva importancia que se le da a los títulos universitarios en mi familia. Parece que, si no eres diplomado o licenciado, no eres nadie. Que sí, que está bien inculcar a tus hijos que una buena formación es importante pero, realmente, ¿es tan importante ser licenciado? Yo creo que depende mucho de las ideas de futuro que tenga cada uno.

Cuando me tocó hacer las prácticas de empresa, estuve en un centro de animales que yo misma escogí porque quería hacer eso y no tirarme todo el día encerrada en un laboratorio. Yo quería ver animales, saber cómo se trabaja con ellos, ver cómo funciona un lugar así. Cuál fue mi decepción al darme cuenta que allí los biólogos brillaban por su ausencia. Y este es sólo uno de los ejemplos que he ido viendo a lo largo de los años y que me han dicho que, para lo que yo quería hacer, con moverte un poco, hacer un par de cursos y poco más, estás listo.

No se nos da la suficiente información. Nadie se preocupa porque podamos dedicarnos a lo que realmente nos gusta. Y no lo digo sólo pensando en que cada uno se sienta mejor consigo mismo, sino porque un trabajador motivado rinde mucho más que uno que está allí simplemente porque necesita ganarse un sueldo.

Actualmente, trabajo de voluntaria en un centro de recuperación de fauna. Montones de veces me han dicho que qué narices pinto ahí, que no me pagan y me tienen el 80% del tiempo limpiando mierda. Pues sí, entiendo que para muchos sea eso, un trabajo de mierda. Es duro, por supuesto, lo que queda demostrado en la cantidad de gente que abandona a los dos días de empezar porque pensaban que eso era otra cosa. Se presentan allí porque ven la parte bonita desde fuera y vienen con ella en la cabeza. Los animales son bonitos, sí, pero también tienen su parte desagradable y hay que cargar con ello. A mí no me importa tener que estar limpiando sus desechos si con eso puedo estar cerca de ellos. Pensar que estoy ayudando a que estén un poquito mejor, me hace sentir realizada. Es una cuestión vocacional.

jueves, 18 de marzo de 2010

Inseguridades

Una de las cosas que hacen que no me tire a la piscina cuando se me cruza alguien interesante por delante, dejando a un lado el hecho de que puedo ser bastante tímida, es que me valoro muy poco a mí misma.

Hay personas que por ligar habitualmente ya se creen divinos y llevan fatal que les rechacen, hasta el punto de odiarte simplemente por no haber querido irte a la cama con ellos (tengo tendencia a encontrarme con este tipo de personajes). Pues bien, a mí eso nunca me pasará. Aunque se planten 50 maromos en la puerta de mi casa gritando, arrancándose la ropa y lanzándome flores, yo seguiré con mis inseguridades y sacándome defectos por todas partes.

Mi amigo Borja dice que estoy gilipollas y, siempre que empiezo a tirar piedras sobre mi propio tejado, me dice que se apuesta lo que quiera a que si empieza a preguntar a los tíos del bar que les parezco, el 90% diría que estoy muy buena (como me quiere mi niño).

La verdad es que nunca me he quejado de lo que ligo, aunque otra cosa es que me lo digan… Me pasa mucho que me entero de que le gusto a alguno por terceras personas, porque el susodicho se lo tiene bien calladito y se limita a hablar de tonterías cada vez que se encuentra conmigo. A lo que yo me pregunto, ¿tengo pinta de morder  o de partirle la cara al primero que se me acerque? Pero, volviendo al tema que estaba tratando, cuando me miro en el espejo siempre empiezo con los típicos pensamientos de “aquí me falta”, “aquí me sobra”, “joder, que ojeras…”, etc.

No sólo me pasa con mi físico, sino que también me critico a mi misma por ser tímida, por tener un carácter fuerte (mala hostia, que dicen) o por ser demasiado buena con la gente. Y así me pasa, que cuando aparece alguna contrincante que intenta arrebatarme al chico que me gusta, siempre pienso que ella le va a gustar más que yo y muchas veces me retiro sin haber presentado batalla.

Siempre he sido bastante insegura y sé que es algo que he de cambiar, porque hay que aprender a quererse a sí mismo por encima de todo, pero me cuesta horrores cambiar el chip. Tonta que es una…

miércoles, 17 de marzo de 2010

Ya viene la primavera

Por fin ha salido el sol en Madrid. Después del invierno que hemos pasado, poder salir a la calle sin paraguas ni bufanda es motivo más que suficiente para sentirse afortunado. Ya viene la primavera…

Nunca me ha gustado el invierno. Con lo friolera que soy, me paso los meses invernales sin ganas de moverme de casa, bien pegada al radiador. El frío me quita las ganas de todo. Únicamente los días de nieve me entran ganas de salir a hacer un poco el loco, como los niños.

Pero el calor lo hace todo distinto. Me vienen mil planes a la cabeza, no puedo parar quieta en casa y estoy de mucho mejor humor. Por mal que vayan las cosas, el simple hecho de salir a dar un paseo y sentarse en un parque a sentir la brisa en la cara, hacen que me vuelva mucho más positiva. Parece que todo tiene solución, que todo terminará saliendo bien.

Me encanta la sensación de despertar por la mañana, subir la persiana y que fuera luzca el sol sobre un cielo completamente azul. Ver a los pajarillos de un lado para otro, los árboles llenos flores, todo verde y precioso.

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Adoro la primavera…

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