Cuando un joven llega al año en que ha de realizar la selectividad y elegir la carrera que desea estudiar, ¿recibe suficiente información que le ayude en su decisión? No sé vosotros pero, en mi caso, cuando tuve que escoger, me encontré con que no tenía ni idea de los contenidos de las diferentes opciones. No me fue difícil elegir porque desde siempre he tenido una vocación clara pero, aún así, una vez empecé a estudiar en la facultad de biología, me di cuenta de que las cosas eran muy diferentes a como las imaginaba.
Muchas veces te encuentras con una lista de titulaciones y has de elegir sabiendo poco más que el nombre. Así ocurre, que muchos escogen su carrera en base a la idea que tienen en su cabeza de lo que puede ser y luego se decepcionan y terminan dejándola. Algo así le pasó a mi hermano. Hizo la selectividad y, como no tenía ni idea de qué estudiar, escogió en base a su nota y a como le sonaba que podía ser la cosa. Acabó estudiando algo que nunca le ha llenado (en su caso no lo dejó, sino que decidió terminar ya que había empezado) y de lo que prácticamente no ha ejercido (las prácticas de empresa y poco más).
Yo he tenido bastante más suerte. He estudiado una carrera que me encanta. Para mi gusto, es lo más bonito que podía escoger. Pero, una vez dentro, me di cuenta de que, realmente, para lo que yo quería hacer, que era trabajar con animales, no me hacía falta estudiar una carrera. Es más, el ser bióloga parece que lo dificulta porque, en muchos casos, te consideran personal demasiado cualificado para ciertos trabajos. A eso hay que sumarle que es una de las carreras con más paro del país pero, al fin y al cabo, eso ya lo sabía desde el primer momento.
El chico con el que salía en la época en que empecé la universidad, veía una tontería meterse a estudiar esa licenciatura si sabía que había muchas posibilidades de terminar trabajando en algo totalmente diferente. Para él, había que elegir, no en base a tus gustos, sino pensando en las salidas laborales. Yo le decía que no iba a desperdiciar tantos años de mi vida estudiando algo que no me atraía lo más mínimo. Para mí era y es mucho más importante sentirme a gusto con lo que hago.
Quizá, uno de los fallos en casos como el mío y el de mi hermano, es la excesiva importancia que se le da a los títulos universitarios en mi familia. Parece que, si no eres diplomado o licenciado, no eres nadie. Que sí, que está bien inculcar a tus hijos que una buena formación es importante pero, realmente, ¿es tan importante ser licenciado? Yo creo que depende mucho de las ideas de futuro que tenga cada uno.
Cuando me tocó hacer las prácticas de empresa, estuve en un centro de animales que yo misma escogí porque quería hacer eso y no tirarme todo el día encerrada en un laboratorio. Yo quería ver animales, saber cómo se trabaja con ellos, ver cómo funciona un lugar así. Cuál fue mi decepción al darme cuenta que allí los biólogos brillaban por su ausencia. Y este es sólo uno de los ejemplos que he ido viendo a lo largo de los años y que me han dicho que, para lo que yo quería hacer, con moverte un poco, hacer un par de cursos y poco más, estás listo.
No se nos da la suficiente información. Nadie se preocupa porque podamos dedicarnos a lo que realmente nos gusta. Y no lo digo sólo pensando en que cada uno se sienta mejor consigo mismo, sino porque un trabajador motivado rinde mucho más que uno que está allí simplemente porque necesita ganarse un sueldo.
Actualmente, trabajo de voluntaria en un centro de recuperación de fauna. Montones de veces me han dicho que qué narices pinto ahí, que no me pagan y me tienen el 80% del tiempo limpiando mierda. Pues sí, entiendo que para muchos sea eso, un trabajo de mierda. Es duro, por supuesto, lo que queda demostrado en la cantidad de gente que abandona a los dos días de empezar porque pensaban que eso era otra cosa. Se presentan allí porque ven la parte bonita desde fuera y vienen con ella en la cabeza. Los animales son bonitos, sí, pero también tienen su parte desagradable y hay que cargar con ello. A mí no me importa tener que estar limpiando sus desechos si con eso puedo estar cerca de ellos. Pensar que estoy ayudando a que estén un poquito mejor, me hace sentir realizada. Es una cuestión vocacional.