miércoles, 3 de marzo de 2010

Los fantasmas del pasado (2ª Parte)

No pude resistir la tentación y le llamé. Necesitaba oír su voz una vez más, saber que sigue ahí, aunque ya no le vea. Que sólo necesito buscar su nombre en la agenda del móvil y al poco ya está al otro lado, como si nada hubiera pasado.

No, no quedamos, ni tengo intención de ello. Una cosa es hablar y otra muy distinta que nos veamos, porque entonces sé que seré incapaz de controlar la situación, y no me gusta que las cosas se me escapen de las manos. Pasar unos minutos hablando y riendo es fácil cuando sabes que lo único que puedes hacer es eso, hablar. La otra persona está lejos de ti, al fin y al cabo. Pero, cuando te encuentras con el otro frente a frente y basta con que estires un poco el brazo para poderle tocar, entonces, las cosas son de otra manera. A eso sí que no me quiero enfrentar. En este caso prefiero ceñirme a la prudencia. Tuvimos nuestro momento, pero ya pasó. Y, como se suele decir, segundas partes nunca fueron buenas (y menos teniendo en cuenta nuestro historial).

Esta mañana he estado pensado en el tiempo que hace que no estoy con nadie. No es sólo que no intente acercarme a ningún hombre, sino que tampoco dejo que nadie se me acerque. Tengo puesta durante todo el día mi máscara de mujer fría y distante. Cuando me hablan soy correcta, sonrío, pero no doy pie a entablar una conversación. Enseguida corto como puedo y sigo a lo mío.

Incluso con Mario (el chico del gimnasio) soy así. No lo hago adrede, es que no puedo evitarlo. Dice que últimamente apenas hablo y es verdad. Me sigue gustando a rabiar pero, simplemente, no encuentro nada que decirle. Incluso cuando hace algún comentario que podría aprovechar rápidamente para tirarle los trastos, sólo me sale sonreírle. Es como si me hubiese resignado a no tenerle y no está bien. Llegará el día en que se aleje de mi vida y me arrepentiré como una tonta por ni siquiera haberlo intentado.

2 comentarios:

  1. Yo también llevo puesta esa coraza....

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  2. Pues yo tampoco dejo que nadie se me acerque, no porque esté el Moreno, es algo desde antes, soy así y meterse en mi cabeza es algo complicado. Puede que te pierdas cosas pero hija, también te ahorras ostias ¿no? Eso si, si alguien te gusta de verdad, no te resignes, piensa que esa coraza es para protegerte tú,y para dejarle claro al mundo que eres tú la que escoje. Un besito, pasa un buen finde!

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