Ganas de cambiar, de hacer cosas nuevas, conocer gente diferente. Olvidarme de las mismas historias, las mismas caras.
Estoy cansada de ser la que siempre está ahí, escuchando, aconsejando, y que cuando soy yo quien se encuentra triste o confundida no haya nadie que venga a tenderme una mano. Muchos te cuentan sus problemas y buscan refugio en ti, pero no tantos son capaces de estar ahí cuando los necesitas.
Siempre he sido la fuerte, y siempre han dado por hecho que estoy bien, pero también me gusta tener a alguien ahí, aunque sólo sea para decirle que yo también me desespero a veces y que, aunque siempre consigo remontar y termino afrontando las cosas con una sonrisa, también necesito un abrazo de vez en cuando.
Así sonreír es más fácil.
Por lo general, la gente suele mirarse el ombligo y prima lo que siente ella a lo que sienten los demás, y por eso ni se percatan de lo que los demás necesitan... está claro que hablo a grandes rasgos y exagerando un poquito...pero esa es la base de que a veces el respaldo se debilita y necesita ser respaldado...
ResponderEliminarPor esomismo, porque cuando proyectamos una imagen que incita a pensar que siemre estamos bien es necesario pedir ayuda cuando lo necesitamos de una forma clara...no tenemos que dar por supuesto que los demás saben que necesitamos ayuda...hay que pedirla, y si es necesario...gritar para que os oigan.
ResponderEliminarUn besito
Fairy of the sun
En esos momentos, o tiro millas y me doy el paseo de rigor, o abro cualquier ventana que no esté en mi ordenador.
ResponderEliminarLa cuestión es que te dé el aire; siempre puedes encontrarte con alguien en tu situación. :S
Blind-y: Sí, el ser humano es egoista por naturaleza. Solemos preocuparnos por nosotros mismos y no darnos ni cuenta de lo que les sucede a los demás, aunque también los hay que se dan cuenta y pasan completamente del tema, lo cual tiene más delito. En fin, menos mal que siempre existen las excepciones.
ResponderEliminarFairy of sun: Entiendo que haya gente que de por supuesto que siempre estás bien, pero los amigos más íntimos deberían darse cuenta de que algo raro hay. La verdad es que me repatea tener que ir mendigando ayuda, aunque supongo que a veces lo mejor es pedirla.
Señor Brote: Muchas veces he recurrido a darme un paseíto. Al menos ayuda a despejarse un poco.
Pedir ayuda no es mendigar, es un acto valiente que deja al descubierto que nosotras también somos vulnerables...eso es lo difícil mostrar al mundo la cara vulnerable que existe y que no nos gusta porqué rompe con esa imagen transgresora de fortaleza que, a veces tanto nos cuesta de mantener. ¿como una mujer de rojo va a ser vulnerable?
ResponderEliminarAy vida mía, que difícil es pedir ayuda...todo esto te lo digo desde el cariño y la comprensión...poqué mil veces desde la fortaleza que aparento me he he enfadado con los demás por no avistar a una mujer que necesitaba atención y cariño...pero es que en realidad me enfadaba conmigo misma por no saber pedir ayuda....por creerme debil si lo hacía, o peor aun, por creer que mendigaba algo.
Un tierno abrazo